miércoles, 13 de enero de 2016

Identidad 2.0

En esta nueva entrada os quiero hablar sobre la charla que nos dio el pasado lunes nuetra profesora de informática sobre la identidad digital y el rastro que dejamos en Internet. Una de las cosas que más destacaron de la exposición fue la clasificación de los distintos peligros que podemos tener en las redes sociales si no las gestionamos bien, entre los que encontramos el grooming o el cyberbullying. Un ejemplo de este caso podría ser el "gamergate", en el cual distintas mujeres de la industria de los videojuegos fueron destinatarias de mensajes en las que se las amenazaban con matarlas o agredirlas sexualmente. Aunque no todo fue por el lado que podría resultar más impactante, ya que también se comentaron las meteduras de pata que se cometen en las redes sociales y que a más de uno le sacaría una sonris a, del estilo de intentar promocionar un producto de Samsung en Twitter enviando el tweet desde un iPhone, como le pasó al tenista David Ferrer o publicar una foto en la que accidentalmente muestras tu número de teléfono, como a la presentadora Paula Vázquez.
Para que nos ocurra nada de esto se nos dio como consejo intentar mantener siempre bajo nuestro control (al menos en la medida de lo posible) nuestra identidad digital y el rastro que dejamos, ya que es algo que podría afectarnos en el futuro (otro punto a destacar) ya que los departamentos de recursos humanos de las empresas empiezan a seleccionar a sus candidatos observando ese rastro que dejamos en la red, algo que le ha costado el puesto de trabajo y muchos disgustos a más de uno, aunque algo que me genera dudas es si en realidad se puede tener un control 100% sobre nuestra identidad digital en los casos en los que se está presente en multitud de redes sociales.
Con todo esto, creo que se puede llegar a la conclusión de que, salvo ciertos colectivos, es muy difícil estar apartado de la red, por lo que es mejor ir con pies de plomo y pensar más de dos veces cualquier cosa que vayamos a publicar, ya que puede tener una gran repercusión en el futuro.